La construcción de la Ópera de Sídney
Diseñada por el arquitecto danés Jørn Utzon, las obras se prolongaron durante casi 15 años
La construcción de la Ópera de Sídney es un hito en la historia de la arquitectura moderna y un símbolo icónico de Australia. Diseñada por el arquitecto danés Jørn Utzon, la obra comenzó en 1959 y se completó en 1973, un periodo marcado por desafíos técnicos, controversias y una visión innovadora.
El diseño de la Ópera de Sídney fue seleccionado mediante un concurso internacional en 1957, en el cual el boceto de Utzon, inspirado en las velas de un barco y conchas marinas, destacó entre más de 200 propuestas, aunque fue inicialmente considerado irrealizable.
La construcción se llevó a cabo en tres fases principales. La primera, la construcción del podio, comenzó en 1959. Esta etapa implicó la creación de una plataforma masiva sobre la cual se erigiría el edificio, un proceso que requirió precisión y una base sólida para soportar la estructura. Sin embargo, los problemas surgieron rápidamente debido a la falta de detalles técnicos en los planos iniciales, lo que llevó a retrasos y costes adicionales.

La segunda fase, la construcción de las distintivas velas, comenzó en 1963. Fue la más desafiante debido a la complejidad de las formas curvas, de modo que se desarrollaron nuevas técnicas de construcción, utilizando segmentos prefabricados de hormigón que se ensamblaban en el sitio.
La tercera y última fase, que comenzó en 1967, implicó el acabado interior y la instalación de las fachadas de vidrio. Tampoco estuvo exenta de desafíos, ya que los interiores requerían un diseño acústico y funcional de alta precisión para albergar óperas, conciertos y otros eventos.
Finalmente, la Ópera de Sídney fue inaugurada por la Reina Isabel II el 20 de octubre de 1973. A pesar de los numerosos retos durante su construcción, el edificio se ha convertido en un icono mundial, conocido por su belleza arquitectónica y su capacidad para simbolizar la innovación y la creatividad.