Exterior del Coliseo de Roma

El Coliseo de Roma

Construido hace casi 2.000 años, el Anfiteatro Flavio tenía capacidad para albergar a 50.000 personas

Con casi 2.000 años de antigüedad, el Coliseo es el anfiteatro más grande construido durante el imperio romano y uno de los monumentos más famosos de la historia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y maravilla del mundo moderno, acompañando a construcciones tan ilustres como la Gran Muralla, el Taj Mahal o el Machu Picchu.

Su construcción duró diez años y se inició en el año 70 d.C. bajo el mandato del emperador Vespasiano, tras la destrucción del anterior anfiteatro en el gran incendio de Roma del año 64. Originalmente se denominó Anfiteatro Flavio en honor a la dinastía Flavia, a la que pertenecían los emperadores implicados en su ejecución – Tito y Domiciano, además de Vespasiano -, pero siglos después comenzó a llamársele Coliseo a causa de una estatua colindante de Nerón, conocida popularmente como el Coloso.

En el año 80 el Coliseo era inaugurado por el emperador Tito con 100 días de juegos, prolegómeno muy ilustrativo de la finalidad propagandística de la edificación, que era empleada por la aristocracia para ganarse el favor de la plebe a través de eventos tales como luchas de gladiadores, caza de animales salvajes, ejecuciones, simulaciones de batallas navales, dramas mitológicos o recreaciones de paisajes naturales.

Interior del Coliseo de Roma

Todos estos espectáculos transcurrían en la arena, un escenario ovalado bajo el que existía una red de túneles y mazmorras llamada hipogeo. Las gradas, con capacidad para unas 50.000 personas, eran fácilmente accesibles a través de multitud de vomitorios, estando reservadas las más próximas a la arena para la nobleza y público adinerado.

Como curiosidad, el Coliseo contaba con una gran lona desplegable, el velario, que se empleaba para proteger a los asistentes en los días más soleados, y cuyo funcionamiento se basaba en un sistema de poleas sustentado por 250 mástiles y operado por marineros de la flota romana.

El Coliseo fue utilizado para su finalidad original durante casi cinco siglos, dándosele más tarde otros usos, como el de fortaleza o cantera. A día de hoy su estructura presenta diversos daños, en su mayoría causados por los expolios y terremotos, lo cual no ha sido obstáculo para que sea uno de los monumentos más conocidos del mundo, con seis millones de visitantes al año.

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