El mayor ancho de las vías de tren en España
Una curiosa anomalía cuyo origen se remonta a las primeras líneas de tren en nuestro país, en el siglo XIX
El tren es, sin duda, un elemento clave en España tanto para el desplazamiento de pasajeros, como de cara al transporte de mercancias, cuyo coste no sólo económico, sino también ambiental, es inferior al de los desplazamientos por carretera.
Nuestras vías, ya desde su origen en el siglo XIX, presentan una peculiar característica que las diferencia de las del resto de países. Se trata del conocido como ancho ibérico, que asciende a un total de 1.668 mm y convive con el ancho europeo (1435 mm) y la vía estrecha (1.000 mm).
Con respecto a la causa de esta anomalía, durante años se especuló con la posibilidad de que se debiera a la intención de dificultar una invasión francesa. No obstante, la verdadera razón se halla en un informe de 1.844, emitido por una comisión de ingenieros de caminos un año después del establecimiento de la primera línea de tren en España, que unía Barcelona y Mataró.
En dicho texto se aludía a las ventajas de ese incremento en la anchura, tanto para facilitar el paso de los caminantes, como por la mayor velocidad que permitían desarrollar a las locomotoras empleando la misma carga de vapor, a la que también contribuiría la posibilidad de incrementar el diámetro de las ruedas.
Esta diferencia en el tamaño de las vías con respecto al internacional llevó aparejadas dificultades en los viajes al norte de Europa, en los que se hacía necesario realizar trasbordos para sortear la diferencia entre una y otra vía. Actualmente, este contratiempo se ha solventado con un método de cambio automático de anchura de ejes. Además, las vías del AVE, tanto nuevas como en funcionamiento, llevan el ancho europeo.